CROMOSOMAS para vencer el Covid-19

Relacionan los telómeros (extremos de los cromosomas) cortos con la COVID-19 grave
Una condición génica que empeora con la edad y el estilo de vida –la longitud de los telómeros– estaría detrás de uno de los síntomas graves de COVID-19: la fibrosis pulmonar, según revelan científicos del CNIO.
Como si del plástico final del cordón de los zapatos se tratase –una imagen visual muy utilizada por los científicos para divulgar sobre este tema–, los telómeros son los extremos de los cromosomas, que los mantienen estables. Con el paso del tiempo (la edad), los telómeros se van acortando conforme la célula se va dividiendo una y otra vez; hasta que al final la célula, dañada, deja de dividirse y muere. Por eso, cuanto más largos sean los telómeros, en principio, eso significa más esperanza de vida y menor riesgo de padecer enfermedades. Y, como ocurre con la estatura, cada persona nace en un percentil determinado de longitud telomérica.

El Grupo de Telómeros y Telomerasa del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) lleva años investigando sobre el papel de los telómeros en el cáncer y otras enfermedades. Las células tumorales son capaces de usar telomerasa (una enzima que alarga los telómeros y que las células sanas no pueden utilizar) para volverse ‘inmortales’. Pero también han estudiado otras patologías como la fibrosis pulmonar, por la que las células del pulmón no son capaces de regenerarse, produciéndose una cicatriz. Y es precisamente la fibrosis pulmonar una de las complicaciones más severas de la COVID-19 en pacientes graves.

Células humanas con telómeros largos (izquierda) y con telómeros cortos (derecha). Las imágenes de los paneles superiores se corresponden con células en interfase y la de los inferiores con células en metafase. /CNIO


La líder del grupo y, a su vez, directora del CNIO, Maria A. Blasco, nos cuenta los detalles de esta investigación en una entrevista telefónica para Muy Interesante: “Ya habíamos visto que cuando los telómeros son cortos o ya son disfuncionales en las células que regeneran el pulmón, los neumocitos alveolares tipo II, esto era suficiente para inducir la fibrosis pulmonar”.

¿Cuál es la relación de los telómeros cortos con la COVID-19?
“Cuando apareció esta nueva enfermedad, vimos que el virus que la provoca (SARS-CoV-2) era capaz de infectar precisamente estas células del pulmón, los neumocitos alveolares tipo II. Además, eran los pacientes de mayor edad, que también son los que tienen los telómeros más cortos, los que presentaban los síntomas más graves en el pulmón”.

La hipótesis del equipo fue que los pacientes que tienen los telómeros más cortos, independientemente del grupo de edad, son aquellos que desarrollan una enfermedad más severa.

“Cuando el virus infecta el pulmón, el SARS-CoV-2 destruye muchas de estas células alveolares tipo II; las restantes, por tanto, tienen que multiplicarse mucho más rápido para regenerar el órgano. Es proceso de multiplicación en exceso contribuiría a agotar los telómeros más pronto en aquellas personas que ya de entrada tienen los telómeros cortos”, explica Blasco.

Los investigadores observaron una correlación estadística entre gravedad de los síntomas de COVID-19 y longitud telomérica a través de la medición, en muestras de pacientes ingresados en el IFEMA, de la longitud de sus telómeros en las células de la sangre.
En el trabajo, publicado en la revista Aging, los científicos señalan lo siguiente: “Nos llamó la atención que una consecuencia habitual de la infección por SARS-CoV-2 parece ser la inducción de un fenotipo similar a la fibrosis en los pulmones y los riñones, lo que sugiere que la infección vírica podría estar agotando el potencial regenerativo de los tejidos”.

Por tanto, la propuesta de los autores es que son los telómeros cortos lo que dificulta la regeneración del tejido tras la infección: “Pensamos que desarrollan fibrosis pulmonar porque tienen telómeros más cortos y esto limita la capacidad regenerativa de sus pulmones”, responde Blasco.
Edad, telómeros cortos y COVID-19 grave
Por tanto, las personas que están en el percentil de telómeros más cortos tendrían más riesgo de padecer enfermedad pulmonar grave por COVID-19, independientemente de la edad; pero las personas ya mayores tienen de por sí telómeros más cortos. Esto contribuiría a explicar, en parte, por qué las complicaciones más graves suelen darse con más frecuencia en personas envejecidas. Según aclara el CNIO en una nota de prensa: “Al igual que en la población general, en los pacientes estudiados la longitud media de los telómeros se reduce según aumenta la edad. Además, como los enfermos más graves son también los de mayor edad, hay igualmente una correlación entre mayor gravedad y menor longitud telomérica”.
Terapia génica para mejorar los efectos a largo plazo de la COVID-19
La confirmación de que los telómeros cortos dificultan la recuperación de los pacientes graves de COVID-19 abriría la puerta a nuevas estrategias de tratamiento, como una terapia basada en la activación de la telomerasa. Como se explicaba al inicio de este mismo artículo, la telomerasa es una enzima que es capaz de alargar los telómeros, y que las células tumorales utilizan para hacerse inmortales; pero esta enzima está ‘desactivada’ para las células sanas.

No obstante, el mismo grupo de investigación ya mostró en trabajos previos que la activación de la telomerasa tiene un efecto terapéutico en enfermedades relacionadas con telómeros cortos, como la fibrosis pulmonar. “Esta terapia podría mejorar algunas de las patologías que quedan en pacientes de COVID-19 una vez superada la infección viral”, concluye la nota.
¿Cómo mantener los telómeros largos?
Pese a que hablamos de percentiles, lo cual no depende de la persona que nace con determinada longitud telomérica, –y puesto que aún no es posible alargarlos artificialmente con telomerasa– sí que está bajo nuestro control evitar que los telómeros se acorten más rápido de lo normal. El remedio es bien conocido: dieta saludable, ejercicio físico frecuente, reducir el estrés, evitar sustancias como el alcohol… Todo ello, a priori, ayudará a mantener por más tiempo la longitud de nuestros telómeros y, por tanto, vivir por más tiempo.

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