
Si hacer reír a varias generaciones a través de sus películas no fuera suficiente para explicar el recuerdo especial, adornado de cariño y añoranza, que mantiene la memoria popular sobre la figura de Robin Williams, resulta que hay más motivos que lo justifican. “Mi trabajo real es ayudar a la gente” le dijo en una ocasión a un paciente de cáncer llamado David Buist, a quien el actor llamaba con frecuencia para darle ánimos durante el año que duró su tratamiento (CNN). Una frase solidaria que define en pocas palabras una de las labores ejemplares que Williams hizo en pleno corazón de Hollywood, sin pedir reconocimiento alguno.

Robin Williams incluía una cláusula en sus contratos que confirma que su empatía no tenía límites.
El intérprete de Jumanji y Sra. Doubtfire siempre fue una figura caritativa y solidaria, sin embargo, supo aplicar su misión personal dentro de la propia industria exigiéndolo por contrato.
Robin Williams, cuya muerte por suicidio a los 63 años todavía resuena en el recuerdo del mundo, utilizó su fama y éxito para marcar la diferencia en la vida del prójimo siempre que pudo. Y un claro ejemplo de ello es que demandaba a los estudios una cláusula que exigía contratar y dar trabajo a un número de personas sin techo en sus películas.
Así lo desveló un agente de eventos llamado Brian Lord hace unos años, contando al mundo la exigencia que tenía Robin Williams en sus contratos (vía Joe). Aparentemente, Lord se encontraba negociando la contratación del actor para un evento, cuando se topó con dicha cláusula en el contrato que le hicieron llegar. “Tenía un requerimiento que, por cada evento o película que hacía, la compañía que lo contrataba también tenía que contratar a un número de personas sin techo y ponerlos a trabajar” explicó el agente. “Nunca volví a ver una película de Robin Williams de la misma manera después de eso”. Y admito que yo tampoco.
Si hacer reír a varias generaciones a través de sus películas no fuera suficiente para explicar el recuerdo especial, adornado de cariño y añoranza, que mantiene la memoria popular sobre la figura de Robin Williams, resulta que hay más motivos que lo justifican. “Mi trabajo real es ayudar a la gente” le dijo en una ocasión a un paciente de cáncer llamado David Buist, a quien el actor llamaba con frecuencia para darle ánimos durante el año que duró su tratamiento (CNN). Una frase solidaria que define en pocas palabras una de las labores ejemplares que Williams hizo en pleno corazón de Hollywood, sin pedir reconocimiento alguno.
El intérprete de Jumanji y Sra. Doubtfire siempre fue una figura caritativa y solidaria, sin embargo, supo aplicar su misión personal dentro de la propia industria exigiéndolo por contrato.

Así lo desveló un agente de eventos llamado Brian Lord hace unos años, contando al mundo la exigencia que tenía Robin Williams en sus contratos (vía Joe). Aparentemente, Lord se encontraba negociando la contratación del actor para un evento, cuando se topó con dicha cláusula en el contrato que le hicieron llegar. “Tenía un requerimiento que, por cada evento o película que hacía, la compañía que lo contrataba también tenía que contratar a un número de personas sin techo y ponerlos a trabajar” explicó el agente. “Nunca volví a ver una película de Robin Williams de la misma manera después de eso”. Y admito que yo tampoco. Este contenido no está disponible debido a tus preferencias de privacidad.
La petición de Williams se conoce como ‘rider’, y básicamente es una inclusión contractual que puede solicitar un actor o cineasta, para pedir o exigir cierto nivel de diversidad o igualdad en una producción, tanto en el reparto como en el equipo técnico. Por ejemplo, que haya una igualdad de género, de diversidad racial, de personas discapacitadas, etc. Quizás les suena la palabra. Frances McDormand la popularizó al pedir una inclusión de igualdad en la industria en el final de su discurso de los Óscar en 2018 tras ganar la estatuilla a mejor actriz. La diferencia es que Robin Williams la exigía para ayudar a otro tipo de minoría excluida y con menos recursos.
Al conocer la anécdota, me dispuse a buscar más información, topándome con fotografías del actor junto a personas sin techo y más historias de su trabajo solidario detrás de las cámaras.
Crónica realizada por Valeria Martínez y que reproducimos por la calidad de trabajo periodístico y presentación de un hombre que merece todos los honores como persona y actor.
